De los muchos trabajo interesantes que me han llegado al e-mail, he decidido compartir este, de Ana Valea, que hace un resumen de los puntos enfocados en las clases y los enlaza con la prática para la que se preparan estes jóvenes (he tomado la libertad de cortar, con la autorización de Ana, pequeñas partes para tornar el artículo más fluido.)
"Sin lugar a dudas a lo largo de estas 8 horas de clase hemos aprendido que la famosa frase: “Renovarse o morir” debe de estar grabada a fuego en nuestras mentes. No se puede seguir mirando hacia el futuro como una continuación del pasado. Las cosas que nos llevaron a dónde estamos actualmente difícilmente nos van a volver a llevar hacia otro lugar.
(...) La sociedad actual fomenta que las personas evalúen y juzguen comportamientos o memoricen y repitan pautas preestablecidas. Se les enseña a escuchar, callar y obedecer sin cuestionarse lo que en realidad están haciendo. Todo esto no hace más que disminuir la creatividad en las personas y que en vez de preguntarse ¿por qué hago esto? pasen a preguntarse ¿para qué voy a cambiar esto?
Sin embargo, el modelo de empresa que impera en el siglo XX no requiere esta manera de pensar ni de hacer las cosas. Hoy en día la empresa más flexible, la que es capaz de adaptarse mejor y más rápido a los cambios es la que termina sobreviviendo. (...) Incidir en reducciones de margen o rotación para aumentar sus beneficios a largo plazo no resulta efectivo si pensamos que esta solución es algo que también está al alcance de nuestras principales competidoras del sector. Por eso es tan necesaria la creatividad dentro de una organización.
No obstante, para ello las empresas y especialmente los miembros que forman parte de ellas tendrán que cambiar su manera de ver las cosas. Las organizaciones hoy en día no están acostumbradas a utilizar sus recursos económicos para fomentar que sus empleados sean creativos. No invierten en generar un clima colaborativo entre sus miembros, no se les ayuda a explotar esta creatividad que ya llevan dentro. Porque la creatividad es algo que además de ser innato se aprende, y se aprende precisamente cuestionándose lo obvio, haciéndose preguntas, siendo curioso, teniendo imaginación, ganas de cambio, capacidad de adaptación, evitando todo tipo de juicio, tratando de querer saber siempre más sobre temas completamente novedosos y desconocidos a los que no estamos acostumbrados. Leer, investigar sobre las cosas. El conocimiento es inspirador y nos ayuda a generar ideas dentro de nuestra cabeza (...), observar conscientemente, crear brainstormings dentro de los grupos de trabajo.
Vemos pues como el proceso creativo conlleva una serie de pautas a seguir, un comportamiento concreto que será necesario repetir en todo proceso creativo. Que además de talento y de buenas ideas una buena parte de esta creatividad se debe al esfuerzo y a la exigencia continua.
Por eso todo proceso creativo comienza con persuadirse a uno mismo, a la propia persona que está invirtiendo tiempo y esfuerzo en ser creativo. Habrá momentos de sequía de ideas, de miedos, de inseguridades. Sin embargo hay que tener presente que los errores no siempre son negativos. Como rezaba aquella famosa frase: “Se hace camino al andar”. Todas estas situaciones negativas nos guiarán para saber cómo tendremos que hacerlo la próxima vez que lo intentemos, como tendremos que enfocar nuestro trabajo, en que aspectos tendremos que incidir en mayor medida, etc.
También hay que tener claro que la persona creativa tendrá enemigos, y éstos serán todos aquellos que se benefician con el viejo orden, que han caído en la monotonía y en esa manera particular de hacer las cosas. Algunas clases atrás hemos tenido jornadas sobre gestión del cambio y sin lugar a dudas una de las limitaciones más importantes a la hora de afrontar un cambio dentro de una organización no son las limitaciones materiales, sino las mentales. No hay nada más difícil de abrir que una mente cerrada, por eso lo importante no es lo creativo que nazcas por naturaleza, o las buenas ideas que tengas de una manera innata, sino las ganas de aprender, de trabajar, la predisposición, las ganas de curiosear, de ampliar miras u horizontes y sobre todo de la actitud que tengas en este proceso de cambio que puede conllevar la generación de estas ideas dentro de una empresa.
¡Gracias por ayudarnos a pensar así Edite!
Ana María Valea Díaz - MÁSTER EN DIRECCIÓN Y GESTIÓN DE PERSONAS DE ERLAC